La unidad para ser olímpicos

Reino Unido y USA

La CIJB trabaja conjuntamente con otros organismos internacionales para conseguir la catalogación de la pelota a mano como deporte olímpico

Será un camino largo, muy largo, pero alguna vez había que iniciarlo. De las palabras hay que pasar a los hechos, y en ese sentido se está fomentando un trabajo de auténtico corredor de fondo para conseguir llegar a una meta hoy lejana, pero en absoluto descartable para un deporte como el juego de la pelota a mano, con tanta tradición en todo el planeta.
Ya sea Europa, Asia, América, África e incluso Oceanía, el juego de pelota cuenta con una diversidad fascinante y una tradición enraizada, que permite unificar criterios y trabajar en conjunto para conseguir ser catalogado como deporte olímpico.

Es la intención de diversas organizaciones, como la Confederación Internacional de Juego de Pelota (CIJB), que abraza sin dudarlo el camino de la unidad para conseguir un objetivo común. El presidente de la CIJB, Alberto Soldado, ya comentó en la Comisión Ejecutiva del pasado mes de septiembre el proceso de unidad iniciado entre la organización de los Juegos Gaélicos, el Consejo Mundial de Handall y la CIJB para convertir a la WWBA en el instrumento ideal para el camino olímpico. Soldado dejó claro que este proceso es absolutamente integrador: “No va contra nadie, al contrario, abre los brazos a todo el mundo que quiera sumar en beneficio del Juego de Pelota que hoy más que nunca necesita unidad de acción”.

Uno de los primeros pasos que se han venido haciendo se centran en numerosas reuniones que se han ido realizando en los últimos meses entre los diferentes organismos. Por ejemplo, la celebración de la Asamblea de la WWBA en Franeker (Países Bajos), coincidiendo con el pasado Europeo de Jóvenes, donde pidió el apoyo para que Raquel Sophia Murphy, de Puerto Rico, fuera la presidenta de la WWBA, “por su entusiasmo, preparación y trabajo contrastado”, según palabras del presidente de la CIJB. En aquel encuentro, además, se concretó el propósito de unidad de acción en el Elite World, que contó con la presencia del campeón de Estados Unidos y de Israel. Asimismo, la intención firme es avanzar con la intención de ampliar la participación en el Elite World a más países de las distintas organizaciones, con representación de sus respectivos campeones y campeonas.

La finalidad de todas estas acciones es clara, y la CIJB está totalmente convencida de que el único camino hacia el olimpismo pasa por la unidad que, en definitiva, genera la fuerza suficiente para conseguir que este deporte, en un futuro, ya sea cercano o lejano, pueda participar en los Juegos Olímpicos. Cabe recordar que este deporte tuvo su representatividad en la edición olímpica de Barcelona’92, a modo de deporte de exhibición, lo que ya se vivió como un gran paso hacia una apuesta que en estos días intenta coger forma, poco a poco, con la calma que obligan gestiones internacionales de esta índole, pero bajo el convencimiento de que la llama olímpica está viva.

Las reuniones entre la CIJB y la WWBA aúnan normativas para unificar el juego

Partida a mano

El camino hacia el Olimpismo es muy largo, pero se pretende iniciarlo con garantías

Romano Sirotto es el director técnico y Paco Casares ‘Campanero’ es el director de arbitraje de la Confederación Internacional de Juego de Pelota (CIJB). Ambos mantienen reuniones periódicas con sus homólogos del Consejo Mundial para acabar unificando criterios y hacer del juego de pelota a mano, especialmente en algunas modalidades, una unidad desde el punto de vista de la reglamentación. La idea de fondo está clara: el Olimpismo. “Queremos empezar a introducir este deporte en el camino al Olimpismo”, afirma Casares, que reconoce que si bien el trayecto puede hacerse larguísimo -habla de 20 años-, “si no arrancas nunca, no lo empiezas”.

Unificar criterios normativos no es un gran problema, porque no en vano la normativa del One Wall en Europa es un calco de la de la WWBA, con lo cual, a excepción de unos pocos aspectos, la variación es mínima. Eso no quita que haya que hacer retoques o puntualizaciones, como que la raya sea buena o mala –“en la CIJB todas las rayas son buenas”, recuerda Casares, que explica que para la WWBA “en el saque la pelota tiene que sobrepasar la línea, cuando para nosotros si toca la línea es buena”– o que, en el caso de la normativa ‘europea’ haya alguna laguna que se está completando con lo que contiene la WWBA. “Por ejemplo”, especifica Casares, “ellos tienen cómo hacer una apelación, cosa que en la CIJB no está previsto”. Son “pequeños detalles”, explica, en los cuales aunque no se haya llegado a un acuerdo al cien por cien, “en un 95% estamos de acuerdo en todo”.

El problema es el estilo

La cuestión principal, aunque parezca extraño, incluso curioso, está en el “estilo”. Casares lo explica: “Estamos hablando de un estilo de arbitraje más que de una normativa de juego concreta”. Según el director de arbitraje de la CIJB, no se juega igual bajo el paraguas de la CIJB que bajo el paraguas de la WWBA. En pocas palabras, en el estilo de la CIJB no se contempla que la posición del jugador o de la jugadora sea clave en el juego, y ni mucho menos que se saque ventaja de ello. Así, el estilo de juego (y arbitraje) de la WWBA contempla que si hay molestia entre la posición de uno u otro contrincante, el juego se repite. En el entorno de la CIJB, el y la deportista juega pensando en atacar pero dejar jugar al adversario, facilitando su posición en la medida de lo posible.

Ante este panorama, Casares deja claro que las dos vías abiertas con la WWBA tienen dos caminos diferentes: la normativa va viento en popa, porque no es más que adecuar normas y reglamentos, bien parecidos ya en la actualidad; el estilo es otra cosa, porque se trata de maneras de jugar, y he aquí donde hay un gran trabajo de fondo para seguir sumando puntos en común entre las dos entidades. Siempre, pensando en grande, como llegar a ser deporte olímpico.

Artículo de Raquel S. Barnes, presidenta del Consejo Mundial de Handball

Raquel S. Barnes

«Sentarse en un sofá viendo la televisión no es bueno para la salud, a menos que esté viendo los Juegos Olímpicos». Los Juegos de Tokio, que se celebrarán del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, contarán con cinco deportes más que Río, lo que elevará el número total a 33. Cuatro nuevos deportes destinados a atraer a un público más joven porque el COI se compromete a mantener el deporte relevante para los jóvenes. sin discriminación de ningún tipo. La Junta Ejecutiva del COI aprobó recientemente exhibir deportes urbanos en los próximos Juegos Olímpicos de París en 2024 para brindar una experiencia que atraerá a “nuevos tipos de espectadores”. Este giro del formato tradicional proviene de la tecnología que influye en las poblaciones de jóvenes y que ha provocado una disminución de la audiencia de los deportes olímpicos.

El cambio de paradigma dentro de la Agenda 2020 del COI parece estar estableciendo la ventana de oportunidad perfecta para el deporte de Wall Ball, (un cambio de marca del coloquialmente llamado «One-Wall Handball») para obtener el reconocimiento del COI como una Federación Internacional ( SI). Los factores que contribuyen son las características que se ven en la cultura de los Millennials y la Generación Z, ser una población cada vez más diversa y tener conexiones digitales con la sociedad desde edades muy jóvenes. Las actitudes de los miembros del COI en la próxima década pueden resultar prometedoras para el futuro de Wall Ball si los organismos reguladores se movilizan para trabajar en una presencia global en el futuro cercano.

Naturalmente, la gente pregunta, ¿por qué Wall Ball tardó tanto en solicitar el reconocimiento del COI? El hecho es que Wall Ball ha existido durante siglos «con representaciones en tumbas egipcias que datan del año 2000 a. C. y ha sido una parte integral de la cultura prehispánica …», pero los órganos rectores del deporte aún están en su infancia trabajando en estos objetivos unos 15 años. El nacimiento de la World Wall Ball Association (WWBA) en 2009 fue la primera federación con un plan estratégico para lograr el reconocimiento del COI en Castle Bar, Irlanda, pero tuvo altibajos en 2015. WWBA tiene una estructura que puede resultar prometedora, sin embargo, requiere apoyo de grupos internacionales para proporcionar un marco para unir a los grupos deportivos nacionales. Estos grupos pueden conservar su propia autonomía e identidades mientras trabajan juntos de manera sinérgica para lograr sus objetivos netos.

El proceso de reconocimiento del COI aportaría integridad al deporte de Wall Ball. Cualquier organización internacional con estatus de FI tiene acceso a eventos de alto perfil. Una verdadera federación debe demostrar un desarrollo juvenil documentado, presupuestos de trabajo anuales y cumplimiento de la Carta Olímpica, que también requiere el voto de su Asamblea General de 170 miembros sin conflicto. Estos criterios evitan las trampas relacionadas con las manipulaciones del juego para obtener ganancias fraudulentas.

Con el fin de movilizar eficazmente una coalición de asociaciones líderes para trabajar activamente bajo una verdadera organización deportiva internacional, es necesario que haya un consenso unificado de que Wall Ball debe solicitar el estatus de federación internacional (FI) en la próxima década. Los beneficios parecen superar los riesgos en lo que respecta a la organización global, como el reconocimiento de base para la comercialización de la competencia de élite y la mejora de la comerciabilidad de Wall Ball.

De acuerdo con la Asociación Global de Federaciones Deportivas Internacionales (GAISF), que esencialmente es «la voz» de (federaciones olímpicas y no olímpicas), se necesita un paraguas deportivo internacional y debe existir durante más de 5 años para integrarse sin conflicto. Esta organización internacional que administra Wall Ball debe hacer cumplir el Código Antidopaje del Movimiento Olímpico. El Wall Ball debe ser practicado ampliamente por 40 países en tres continentes con el reconocimiento del gobierno de los países o del Ministerio de Deportes.

En la actualidad, 25 países participan activamente en cuatro continentes. Sólo nos faltan quince países. Sin embargo, si el impulso para organizarse se estanca, el futuro puede volverse nebuloso y prolongará indefinidamente la participación en eventos deportivos olímpicos. Como espectador o atleta, impulsar esta causa requiere también de acciones individuales. Es imperativo actuar  para acelerar la planificación internacional. El advenimiento de la pandemia mundial con su impacto sin precedentes no ha facilitado las cosas, ha mitigado los viajes y los bloqueos de países han obstaculizado el comercio para la mayoría de las empresas. La respuesta del COI a esta crisis ha sido abrir un diálogo y comenzar una evaluación estratégica para el apoyo financiero que puede tener un atractivo ventajoso para el deporte del Wall Ball. Todos juntos aportamos valor de calidad a este gran objetivo